Si hacemos caso de los “profetas”, de los apocalípticos y de las efemérides próximas, este mes de diciembre se presenta movido. Personalmente soy escéptico a muchos de estos anuncios, pero se ve que mucha gente está preocupada. No hay ningún conocido que no me pregunte sobre el apocalíptico final que nos anuncian para el próximo mes de diciembre. En broma les aconsejo que se preparen comprando buenos vinos y otras bebidas alcohólicas, así si hay un final nos cogerán contentos.
La realidad es que faltan menos de 15 días para diciembre y los amigos me vienen esgrimiendo el calendario Maya, que finaliza el 22 de diciembre, y esto lo relacionan con el fin del mundo. Otros me preguntan sobre el ciclo solar, que alcanzará su máxima actividad a partir de diciembre, y puede provocar una eyección de fuego sobre nosotros. Luego está el asunto de esos tres objetos celestes detectados por Kasnov, presunto miembro del proyecto SETI, tres enormes naves extraterrestres que viajan hacia la Tierra y que nos alcanzarán el diciembre…¡vaya mes que se nos viene encima!
Sólo falta un asteroide, una epidemia incontrolada o un cometa inesperado. También hay quién augura que Israel aprovechará este mes para atacar Irán y destruir sus instalaciones nucleares. O qué Irán lanzará una bomba atómica sucia contra Israel.
Hay quién vaticina que este diciembre se producirá una crisis más grande y que acaecerá la caída del euro. Los vaticinadores de catástrofes abundan, es una profesión lucrosa. Si uno sale por la televisión en cualquiera de esos programas de “misterio” y no vaticina nada malo, nadie le hace caso, es un futurólogo de mierda. A la gente le gustase que se les asuste, que le anuncien cosas horribles para poder seguir transmitiéndolo de boca a boca como esas leyendas urbanas, de monstruos en las alcantarillas, vampiros, etc.
Personalmente lo único que espero es un cambio de mentalidad, de actitud, una aceptación del nuevo paradigma, y una nueva realidad.
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