Estos días sacudes las páginas de un medio informativo y te cae un espía. Aún tenemos los ecos del espionaje en el Restaurante La Camarga de Barcelona y estalla otro caso nuevo. Noureddin Ziani, es acusado por el CNI de ser un agente de la inteligencia marroquí, la DGED, y se le extiende una orden de expulsión. Un caso extraño en el que hay sospechas de intencionalidad política por las posturas de Ziani a favor del independentismo y soberanismo de Catalunya.
La realidad es que Ziani había conseguido colocarse en esferas adecuadas, era o es, presidente de la Unión de Centros Culturales e Islámicos de Catalunya (UCCIC), un estamento de la Fundación Nous Catalans vinculada a CDC.
Sólo quiero recordar que los auténticos espías son dobles, hasta triples. Ziani recibió encargos del Gobierno de Marruecos para reclutar informadores en Catalunya contra los salafistas, también se sabe que estuvo en reuniones con imanes que están bajo sospecha del CNI. ¿Es un agente doble Ziani o solo una cabeza de turco de la política?
Otro caso que gotea es el de, Ryan C. Fogle, tercer secretario de la Embajada de Estados Unidos en Moscú, cogido infraganti por el Servicio Federal de Seguridad (FSB) de Rusia cuando intentaba comprar los servicios de un oficial especialista en lucha contra el terrorismo. Esto me confirma que, pese a la alta tecnología espacial de espionaje, se siguen necesitando los viejos agentes de campo como en las novelas de Le Carre. Y que los espías en las Embajadas siguen ocupando cargos “tapadera”. Fogle era tercer secretario. Antes el cargo de espía lo ocupaba el agregado cultural. Antes los espías en Rusia eran encarcelados, ahora se declaran personas non grata y se expulsan.
Finalmente está el asunto del espionaje por el Gobierno de Obama a la agencia periodística AP. Un incidente que traerá cola, ya que los republicanos ven un Watergate. La realidad es que estamos viviendo en un mundo en el que cada vez más se recurre al espionaje y cada vez de forma más sofisticada, y tecnificada.
Los espías, para poder manejar toda la tecnología moderna y estar al día, necesitan reciclarse tras cada misión. Ya no tienen tiempo para retozar con James Bond en la Bahamas.