Dado que el otro día hable de la antimateria, me pregunta un amigo si es verdad que Michio Kaku, físico teórico y excelente divulgador, intentó generar antimateria en su casa cuando tenía 17 años.
Si lo intentó, ya que construyó un colisionador de átomos en el garaje de casa de sus padres en California. Para ello bobinó 35 kilómetros de cable de cobre, y construyó un betatrón de 2,5 millones de electronvoltios que consumía 6 kilovatios y generaba un campo magnético 20.000 veces mayor que el campo magnético de la Tierra. El joven Kaku quería generar un haz de rayos gamma para crear antimateria. Afortunadamente cada vez que lo ponía en marcha saltaban los fusibles de toda la casa. ¿Quién sabe si lo llega a conseguir y si materia y antimateria hubieran creado una gran explosión?
Yo, a su misma edad, intente construir un cohete que me explotó en la azotea de mi casa. Saltaron baldosas, y tembló el edificio. Un albañil que estaba arreglando unas grietas salió corriendo y no volvió más. Los amigos que estaban viendo el gran momento del despegue, no quieren ni recordarlo. Es que yo, como Michio Kaku, también me inspiraba en los comics de Flasch Gordon y en los libros de Isaac Asimov.
Michio Kaku, después de trabajar con Edward Teller, padre de la bomba atómica, se convirtió en doctor en ciencias Cum Laude en Berkeley, y ha ocupado la cátedra de Física Teórica de la Universidad de New York. Se puede decir que es un experto en teoría de cuerdas y espacios paralelos. Vive la actualidad científica, lo que le ha permitido realizar predicciones sobre los futuros avances de la ciencia: teletransporte, ingravidez, invisibilidad, I.A., Internet, etc. En una de sus últimas intervenciones prospectivas, aseguró que “…en 20 años nadie morirá de viejo”.