Pese a todos los problemas que atraviese nuestra civilización, estamos viviendo un presente único y esperanzador. Como destaca Eduard Punset, nunca el pasado fue mejor.
Los tiempos de la oscuridad y la ignorancia han sido superados, aunque nos queda más para conocer que lo que ya sabemos. Cada día sabemos menos y menos de más y más cosas.
Pese a nuestra ignorancia en muchos aspectos, sabemos que somos consecuencia de una larga y tortuosa evolución, sabemos que formamos parte de un vasto universo y sabemos que nuestros órganos son consecuencia de una necesidad. También sabemos que no somos el centro de nada ni seres elegidos, somos moléculas organizadas que piensan y reflexionan sobre su existencia.
Vivimos unos momentos espectaculares de la ciencia con instantes estelares. Nunca habían existido tantos investigadores brillantes vivos, nunca habían funcionado tantos laboratorios de investigación en el mundo. Nunca habíamos tenido los medios de comunicación (Internet) e información que nos permiten contactos tan eficaces.
En medicina estamos al borde de solucionar enfermedades como el Alzheimer y el Párkinson, hoy mismo hemos dado un espectacular paso en esta última con la utilización de células madre; hemos llegado con nuestras sondas a los límites del sistema solar, hemos pisado la Luna y enviados robots a Marte, y exploramos todo nuestros sistema planetario. Tenemos máquinas que nos permiten penetrar en lo infinitamente pequeño (LHC) y telescopios (Hubble) que nos abren a lo infinitamente grande, instrumentos que serán sustituidos por otros más potentes, el acelerador lineal de Japón y el telescopio orbital James Weeb.
Los próximos diez años serán espectaculares en todos los campos de la ciencia. La medicina prepara toda una tecnología no invasiva a base de nanobots y tecnocirugía; la biología y la genética está creando cada día órganos de mayor tamaño que sustituirán los que tenemos dañados; dos grandes proyectos mundiales están confeccionando los mapas de nuestro cerebro; nuevos materiales (grafeno) ya están demostrando su capacidad en la medicina, energía, robótica e informática; más de cien industrias mundiales – una veintena en España -, están construyendo componentes para las naves espaciales de una docena de empresas privadas que se lanzan a explorar y conquistar el espacio.
Curiosamente, en estos seis últimos meses, tres grandes Congresos se han celebrado en New York, Krasnnoyarsk (Rusia) y Washington que han abordado el tema de la inmortalidad. “Initiative 2045” o “Global Future 2045”, grupo al que pertenece el MIT, la Universidad de la Singularidad, Google, Radical Life Extension y el mecenas Dimitry Itshov, así como otros estamentos, está desarrollando la posibilidad de trasplantar nuestros cerebros a avatares para poder vivir mil años.
Tenemos que alegrarnos de vivir en una época única y espectacular, una época que aún nos depara nuevas sorpresas. Nuestros conocimientos multiplican por mil a los de aquellos seres que vivieron en la oscuridad y miedo del medioevo, seres aterrorizados y coaccionados por los mitos y las leyendas. Pero en definitiva seres que nos transmitieron sus genes para que nosotros viviésemos un nuevo amanecer de conocimientos.