Varios programas europeos y estadounidenses van a estudiar el cerebro humano realizando un mapa de nuestros misterios mundo interior. Creo que hay unas preguntas básicas que deberían resolver, y soy consciente que casi son más filosóficas que neurológicas. ¿Cómo surgen nuestros pensamientos? ¿Qué desencadena que pensemos?
Sépase, inicialmente, que el gran misterio para que nosotros concibamos un pensamiento se inicia de una forma cuántica: un impulso iónico del mundo subatómico.
El proceso de un pensamiento o un comportamiento se desata por un ion que, misteriosamente, se activa en una neurona. Un ion es un átomo que tiene carga eléctrica y que genera las señales eléctricas con las que se comunican las células nerviosas. Sepamos que existen iones de sodio y potasio con una carga eléctrica positiva. E iones de cloro con carga negativa. Cuando una neurona está en reposo tiene una carga negativa. Cuando se activa, por los iones que la atraviesan, pasa de carga negativa a positiva. Recordemos que las neuronas se comunican, entre ellas, a través del axón y de las dendritas.
La corriente eléctrica que se ha generado misteriosamente en la neurona y va desencadenar una actitud o un pensamiento se desplaza a 400 kilómetros por hora a través del axón en menos de cinco milisegundos. Al llegar este impulso a la terminación axonal y el inicio de las dendritas de otra neurona (conexión sináptica), el impulso eléctrico se convierte en sustancias químicas, ya que estas terminales poseen minúsculas vesículas que contienen unos mensajeros llamados neurotransmisores. Los neurotransmisores transmiten información a otras neuronas y a otras partes del cuerpo para realizar acciones específicas. Estos neurotransmisores pueden ser serotonina, adrenalina, dopamina u otras sustancias que nos producen cambios de humor, excitación, depresión, irritación, fatiga, etc. En resumen actitudes y pensamientos.
El misterio reside en saber ¿Qué determina que neurotransmisores debe liberarse por el impulso eléctrico?
¿Qué provoca decidir a un impulso eléctrico que descargue este o aquel neurotransmisor que nos dará alegría o nos producirá irritación?
Conocemos el proceso que tiene una naturaleza iónica del tamaño molecular (cuántico), y sabemos como esa “chispa” eléctrica se transforma en una transmisión eléctrica, que se vuelve química y que se traduce en un estado emocional. No deja de ser un misterio lo que provoca todo esta compleja reacción que nos hará reír o nos hará llorar. Un ion cuántico que surge, de una manera misteriosa, en una neurona y utiliza unos neurotransmisores que nos harán amar o matar. ¿No estará todo sometido a un proceso cuántico como el universo?