Hubo una Ley Bíblica, una Justicia del Rey y Eclesiástica en Europa, una Ley de Oeste en América, Leyes Internacionales y, ahora, precisamos una Ley del Espacio.
Pronto surgirán especialidades como astroabogacía o exoabogacia, porque los conflictos por la titularidad de terrenos en la Luna, Marte o propiedad de un asteroide van a desatarse si las naciones no firman tratados internacionales.
Existe el Tratado del Espacio Exterior, de 1967, en el que los afirmantes acuerdan que ninguna nación podrá reclamar su soberanía con respecto a ningún cuerpo celeste, pero no dice nada con respecto a que lo pueda hacer una empresa o una multinacional. ¿Por qué? Porque cuando se firmó nadie imaginaba que en la conquista del espacio iban a participar y encabezarla las empresas privadas.
Un Convenio Internacional de 1979 establece que las empresas no podrán obtener beneficios de sus explotaciones en el espacio, y prohíbe la propiedad privada en la Luna y en cuerpos celestes. Además establece que las riquezas conseguidas en el espacio deben de repartirse entre los países menos desarrollados. Es un Convenio redactado con altruismo, pero ni Estados Unidos, ni Rusia y China lo han firmado ¡Mi gozo en un pozo!
Una empresa privada puede descubrir un gran yacimiento de materiales críticos en la Luna (europio, neodimio, silicio, litio, grafeno, etc.) e instalarse en ese lugar para explotarlo, pero nada impide que al lado aterrice otra nave de la competencia y se ponga a explotar el yacimiento.
Una empresa puede traer un asteroide de grafeno y colocarlo en un punto Lagrange entre la Luna y la Tierra para poderlo explotar, pero nada impide que otro “parasito” se instale encima para perforar. Si son robots pueden llegar a luchar entre ellos.
¿De quién es una nave abandonada? ¿Tiene derecho a la mitad de la carga quién rescate a una nave averiada? ¿Es del primero que llega un asteroide? ¿Hay que modificar la ruta de navegación si otra nave está en peligro? ¿Qué explosivo se pueden utilizar en los yacimientos? ¿Ocurrirá lo mismo que en California cuando se descubrieron pepitas de oro en los ríos que convirtió un lugar paradisiaco en el salvaje Oeste?
Se plantean miles de cuestiones judiciales que hay que resolver, pero, por ahora, no parece existir ninguna prisa, parece que está jugando a ver quién llega el primero y después ya hablaremos.