Sigo la línea del envío anterior y trato de explicar qué es y cómo debemos utilizar el pensamiento Singular para acabar con los “cerebros fosilizados”. Se trata de una muy breve explicación, porqué como verá el lector el tema da para mucho.
Para alcanzar el pensamiento Singular hay que aceptar una serie de premisas que a muchos les van a parecer que he perdido el juicio. Algunas de estas premisa forman parte de lo que los físicos han aceptado dentro de la mecánica cuántica. Simplemente trato de trasladar, interpretaciones, teorías y principios al mundo cotidiano, y, propongo que si nuestro mundo es cuántico también debe serlo nuestro pensamiento. Se trata de utilizar una visión distinta del mundo. El pensamiento Singular es buscar respuesta y soluciones que con el pensamiento ortodoxo no hemos obtenido. El pensamiento singular es pensar de otra forma.
Parto de que la verdad no existe, es relativa, por lo que no podemos sustentar nuestro pensamiento en verdades indiscutibles. Lo que hoy puede considerarse verdadero mañana no lo será. Siempre hay que poner en duda lo que nos ofrecen como verdad y buscar otra alternativa.
Tampoco existe un mundo dual. La dualidad en que basamos nuestro pensamiento – bueno/malo, bello/feo, etc.- es algo que existe en la civilización Occidental desde que Zaratrusta creo el zoroastrismo (primera religión) con el bien y el mal. En el Oriente asiático y Japón no se contempla la dualidad. Al pensar debemos superar la dualidad, aceptar que una cosa puede tener dos cualidades a la vez o ninguna. La dualidad nos impide observar y pensar en las cosas en dos apariencias simultáneas. También cabe la posibilidad que algo sea bello y feo a la vez.
Estamos sujetos al azar, somos probabilidades cuánticas, no hay nada seguro, todo está sometido a probabilidades. Nosotros mismos fuimos una probabilidad entre 400 millones de espermatozoides.
Si en la mecánica cuántica existe un entrelazamiento entre todas las partículas, nosotros también formamos parte de ese entrelazamiento porque somos partículas. Así que formamos parte de un todo. Nuestro pensamiento repercute en el todo. Tenemos que tener en cuenta ese todo al reflexionar, pensar. La visión de un todo nos proporciona una fuente de riqueza que va más allá de lo local.
Como en la mecánica cuántica, la realidad sólo existe cuando la observamos. Si no existimos no hay realidad. Eso quiere decir que la realidad que observamos está sujeta a nuestros pensamientos a nuestra idiosincrasia, a nuestra forma de ver el mundo. Si pensamos en cambiar la realidad que nos rodea estamos cambiando el mundo.
Dice la Interpretación de Copenhague en mecánica cuántica, que antes de realizar una observación, un objeto existe en todas las condiciones posibles, incluso las más absurdas. Nuestro pensamiento actúa en todas las condiciones posibles, lamentablemente buscamos las conclusiones más cómodas, más sencillas. Pero hay muchas más que parecen o son absurdas y forman, precisamente el pensamiento Singular.
El pensamiento ortodoxo actual nos ha llevado hasta donde estamos, un sistema que no funciona y un mundo que estamos parcheando. El pensamiento Singular es una alternativa cuántica, es una visión distinta, otra forma de razonar y discernir. Si las ideas actuales no funcionan no cambiemos de ideas, cambiemos la fórmula de pensar. Rompamos con los rigorismos del presente… hay otro pensamiento y está en nuestros cerebros.