Se han dado cuenta que en TV, y también en la radio, cuando salen con sus micrófonos y cámaras, y le piden opiniones a alguien sobre algo de actualidad o un suceso siempre enganchan a los menos dotados cerebralmente, a los más cortos de entendederas. Generalmente el entrevistado desconoce el tema del que le hablan y no puede opinar, y lo anuncia con una sonrisa tonta de justificación. En otros casos paran, creo que más bien se para él, a un transeúnte “mil ciencias”, que desborda todo su ego dando una explicación en la que utiliza términos que ni el mismo sabe lo que significan. Estos últimos sujetos serán los que, exprimiendo su ego, irán al bar del barrio preguntando si no lo han visto por TV cuando lo entrevistaban, y se hinchará como un pavo cuando algún vecino le diga que lo ha visto por TV, incluso comentará: “es que siempre me paran a mí”.
Generalmente el ciudadano culto esquiva las cámaras y micrófonos y evita salir. Y si lo hace, porque lo han pillado entrando o saliendo del portal de su casa, será escueto y breve.
Luego está el que sale con la mujer, donde ella se queda prudentemente en segundo plano, y que es presentada por el marido, después de opinar, como la “parienta”. A mí me gustan los que cuando les hacen una pregunta, ríen con insuficiencia y superioridad, y evitan la pregunta que les han realizado, cuya respuesta ignoran, con algún comentario como: “este es un tema complejo con diversidad de respuestas”.
Lo que no ha cambiado, y ahí todos los entrevistados coinciden, es cuando han detenido a un asesino que se ha cargado a su compañera. Todos dicen lo mismo: “Si era educadísimo”, “La acompañaba a comprar y le llevaba las bolsas”, “parecían estar muy unidos”, “ella nunca decía nada” “era callado y reservado”, “siempre me habría la puerta de la calle y me dejaba entrar o salir, era correctísimo”. Con estos comentarios cualquier psiquiatra ya sospecharía que están hablando de un psicópata.
¿Qué me dicen de los que han sido desalojados por una inundación? Estas entrevistas son calcadas, ves una inundación de una calle o urbanización por TV, y ya las has visto todas. Los comentarios son siempre los mismos: “Hasta aquí ha llegado el agua” y señalan una marca en la pared de un garaje que creo que siempre es el mismo. Luego las mismas protestas: “Ya se lo hemos dicho al ayuntamiento cien veces, pero ni caso”, “¿Y ahora quién paga todo esto?”, etc.
En los platós de TV, aún se entrevista a algún individuo que contesta con aquello de, “Me gusta que me haga esta pregunta” o “Está pregunta es muy interesante”. Generalmente se trata de gilipollas redomados. También está el summum de la egolatría y gilipollez representado por aquel que dice: “Qué me va a contar usted, yo ya lo he vivido todo en este mundo”.
Personalmente me encantó el día que fue Paco Umbral a TVE a presentar uno de sus libros, y la locutora, Mercedes Milá, le preguntaba de todo menos de su obra, por lo que Umbral se levantó y protestando dijo: “Me voy, yo he venido aquí hablar de mi libro, y no de lo que hable el personal que está aquí y que no me importa lo más mínimo”.