El periódico El País del martes 13 de noviembre, lleva un interesante artículo de un bloguero llamado Nate Silver, que a través de un modelo estadístico predijo quién ganaría las elecciones en Estados Unidos. En realidad predijo los resultados de todos los Estados menos uno. El periódico New York Times instaló este blog en su primera página en Internet.
Sus predicciones superaron con creces a las de los “grandes” profesionales de las estadísticas contratados, especialmente, por el partido republicano, que anunciaban sus resultados desde sus cómodos despachos ayudados por potentes computadoras.
Nate Silver ha utilizado matemáticas sencillas, aquellas que aprendimos en los libros de estadística de la colección Schaum, especialmente “Estadística de Murray R. Spiegel” con teoría y 875 problemas resueltos. Silver ha tenido, durante la campaña, enemigos y retractores poderosos que le llegaron a llamar ignorante, pero él siguió con sus cifras. Silver fue capaz de entender, analizar e interpretar los datos que obtenía de cada Estado del país. Datos (Data mining) sobre costumbres, creencias, modelos de vida, economía, etc. Información que emparentó con las estadísticas y las probabilidades. Dice acertadamente Luis Garicano, catedrático de Economía que “las máquinas no se manipulan con las manos, sino con un teclado, y los maquinistas tendrán que saber programar”.
La información es básica, y sobre este tema siempre me remito al sencillo ejemplo de simio que vive en la selva apostado en lo alto de un árbol junto a un río, observando a que hora viene a beber el felino, entre que juncos se esconde el cocodrilo, en que rama está la terrible boa dispuesta a caer sobre algún incauto. Con esa información el simio sabe cuando y donde será el momento oportuno para beber agua sin peligro. Conclusión: en la selva no sobrevive el más fuerte y feroz, sino el que tiene más información y la sabe utilizar mejor. Nosotros también vivimos en selvas…de asfalto.