Primero fue Julian Assange que filtró 700.000 documentos que le suministró el soldado Bradley Manning, analista de inteligencia. El primero está refugiado en la Embajada de Perú en Londres y el segundo está siendo juzgado por espía y traidor en Estados Unidos. Ambos aseguran que sus filtraciones son para hacer un mundo mejor.
Hoy es Edward Snowden, agente de la CIA que ha denunciado la vigilancia ilegal que práctica su Gobierno en todo el mundo. Para Snowden se trata de una hipocresía que le acusen de denunciar este hecho. Sus declaraciones sobre este espionaje de la NSA (National Security Agency) es estremecedor, ya que asegura que está agencia de espionaje americana ha interceptado más comunicaciones digitales en Estados Unidos que en Rusia. Y que la NSA es capaz de piratear en todas partes, en todos los países del mundo, amigos y enemigos.
Sus declaraciones sobre la capacidad de la NSA estremecen, ya que asegura que son capaces de intervenir ordenadores en cuanto uno entra en la red, y saber desde que ordenador entra. Una capacidad que permite que nos introduzcan un virus en cualquier momento que estemos conectados a la red.
Snowden defiende la Cuarta Enmienda de la Constitución de EE.UU., que prohíbe los registros sin orden judicial, y cree que un ordenador personal esta sujeto a esa ley.
Snowden asegura tener planos de las redes, algo que pone en peligro su vida. Ya que para algunos servicios de inteligencia es mejor que un personaje como él sufra un “accidente” que llevarlo ante un Tribunal en el que se destaparían más cosas. Snowden sabe, y así lo manifiesta, que no es posible enfrentarse a los servicios de inteligencia más poderosos del mundo y no ser consciente de ese peligro. Por ahora esta refugiado en Hong Kong, pero ¿hasta cuando? Pero teme ser “neutralizado”, eufemismo de la CIA que sustituye al término eliminar.