Insisto una vez más sobre el Vaticanleaks aireado por Paolo Gabriele. El fallecido recientemente Cardenal Martini, que hubiera sido un buen papa, decía textualmente: “Nuestras iglesias son grandes, nuestros conventos están vacíos y la burocracia de la Iglesia aumenta. Nuestros rituales y nuestra ropa son pomposos…la Iglesia se ha quedado atrás 200 años”. Olvidó el memorable cardenal citar que esa Iglesia también es corrupta.
El objetivo del encausado Paolo Gabriele era mostrar esa corrupción, esas luchas internas por la sucesión de Joseph Ratzinger. Luchas entre instituciones religiosas como el Opus Deis, los Jesuitas o el Camino Neocatecumenal de Kiko Argüello; o miembros de la propia curia como el cardenal ultraconservador Camillo Ruini, aliado de Berlusconi y Tarcisio Bertone su gran oponente. En medio de estas luchas el Banco del Vaticano, una entidad a la que el FMI ha pedido claridad y de la que todos los expertos auguran que estallará en las manos del próximo papa.
Los expertos en el Vaticano hablan de la existencia una Logia Masónica P4, igual que la logia Propaganda Due (P2) en la que ya estaba Berlusconi, el Banco Ambrosiano, Marcinckus y Roberto Calvi. Entonces aquel fraude bancario terminó con las misteriosas muertes de Calvi y Sindona, el primero ahorcado en un puente y el segundo envenenado en prisión. A todos eso crímenes hay que añadir los asesinatos de Ambrosoli, Giuliano y Alessandrini, fiscal, investigador policial, y juez respectivamente. Así como la extraña muerte de Juan Pablo I, tan extraña que ningún forense quiso firmar el acta de defunción con las causas que se proponían.
Los documentos sustraídos por Paolo Gabriele desvelan una nueva trama de corrupción y luchas internas, así como el posible asesinato de Benedicto XVI y la eminente quiebra del Banco del Vaticano. El propio Paolo Gabriele creía, cuando lo fueron a detener que iban a asesinarlo.
Hasta que no se exija a los miembros de la curia voto de pobreza habrá ambiciones de poder en el Vaticano. No hay más que repasar la historia de los papa y la Curia que les rodeaba con sus crímenes, guerras, ambiciones financieras y ansias de poder para darse cuenta que lo ético y lo moral siempre les preocupó a todos muchísimo.