No quería que se dijese que publicaba este articulo para entorpecer la candidatura de Madrid a la Olimpiada de 2020, en la que sea dicho de paso no esperaba que ganasen. Ahora que ya se ha elegido Tokio creo que se debe comentar el peligro radiactivo que entraña una de las ciudades más pobladas del mundo.
Cuando explotó Fukushima Daichi, el viento había cambiado en dirección a Tokio y durante varios días o semanas estuvo cayendo sobre la ciudad partículas radiactivas de plutonio, uno de los elementos más letales que existen. ¿Durante cuánto tiempo? Se desconoce, pero se sabe que el nivel de yodo se disparó a 130. Además cayó sobre Tokio otros elementos radiactivos como xenón, criptón y argón. El tiroides absorbe el yodo radiactivo.
Por qué el Gobierno de Japón no evacuó la ciudad. Porque se hacía una misión casi imposible. ¿Cómo mover 30 millones de habitantes?
Este mismo mes el doctor Busby, que vive en el piso 20 de un edificio de Tokio, encontró en un filtro de aire acondicionado más de 100.000 Bq/Kg de cesio.
Las consecuencias de aquella lluvia radiactiva pueden tener unas consecuencias impredecibles en el área de Tokio. El estroncio 90 y el cesio 137 se acumulan en el organismo y produce tumores cerebrales que aparecen años después. En los niños se atrofia el cerebro y no desarrollan todas sus facultades; y en los fetos, que son más vulnerables, las consecuencias pueden desencadenarse en todo tipo de malformaciones.
Los efectos radiactivos sobre el ser humano se traducen, con el tiempo, en mutaciones genéticas, y todo tipo de síndromes, especialmente agotamiento.
La lluvia radiactiva que cayó sobre Europa tras el accidente de Chernobil, ha tenido consecuencias medibles, por lo menos en Alemania, dónde nueve meses después del paso de la nube radiactiva se produjo un aumento de nacimientos con síndrome de Down. Recordemos que la nube de radiactiva de Chernobil, seis días después del accidente (26 abril 1986), había recorrido 2.500 kilómetros, llegó a Europa y a los Pirineos de España. Concretamente no se alertó a la población de los Pirineos del peligro del ganado, las vacas su producción de leche, y los hongos, etc.
¿Está lo suficientemente descontaminado Tokio? Tampoco se sabe, y como los efectos no son inmediatos no se puede evaluar el daño que se ha producido y aún se está produciendo. La realidad es que cada día se vierten al mar 300 toneladas de agua muy radiactiva. ¿Quién garantiza que el pescado no esté contaminado? Nadie. ¿Qué consecuencias puede tener este vertido? No se saben porque se trata de un suceso único en el mundo, pero el agua está radiactiva y tiene que producir, forzosamente, mutaciones en los seres vivientes del mar.
El temblor sísmico y el maremoto que asoló Japón en el 2011, dañando seis reactores de la planta nuclear de Fukushima, causó 15.883 muertos y 2.667 desaparecidos. Llevará alrededor de 40 años desmantelar la central, con un gasto de 8.290 millones de euros. Todo eso sin contar los efectos en la salud que se pueden desencadenar en más de 40 millones de habitantes afectados por la lluvia radiactiva.
La fuente: http://agreenroad.blogspot.com.es/2013/09/will-2020-olympics-in-tokyo-japan.html