Estamos compuestos de polvo de estrellas y extrañas energías que se expandieron tras el Big Bang. Somos el origen del universo contemplando su imagen actual. Somos los elementos expulsados por las estrellas moribundas amparados en nuestros interior. Somos el tiempo transcurrido tras una tortuosa evolución.
¿Cómo hemos llegado a pensar y tener consciencia de nuestra existencia? ¿Cómo es posible que elementos como el carbono, azufre, hidrógeno, oxígeno y otros que constituyen nuestro cuerpo, sean los artífices de nuestros pensamientos científicos, nuestra elucubraciones filosóficas, nuestra creación artística, nuestras composiciones musicales? ¿Cómo comprender que la descarga de un ion de potasio sobre una neurona y la consiguiente onda eléctrica por la dendrita, sea capaz de elegir un neurotransmisor entre 200, (por ejemplo la oxitocina) y desencadene en nosotros un pasional flujo de amor?
¿Cómo unos simples elementos químicos nos han otorgado esa capacidad de esculpir La Piedad, pintar la Gioconda, componer El lago de los císnes o escribir El rey Lear? No tengo respuestas, pero me hace sospechar que esos elementos químicos eran portadores de una información que ya existía antes del Big Bang, y se ha combinado en cada uno de nosotros, creando el escultor y el artista único. Unas combinaciones infinitas que impiden que dos personas a la vez estén escribiendo el mismo poema o pintando los mismos frescos de la Capilla Sixtina.
Somos materia estelar, parte de un Universo que, a través de una larga evolución sujeta a los azares del mundo, ha combinado los átomos para desarrollar unos cerebros que han comenzado a pensar y, en el fondo del proceso, algunos han concluido que no somos nosotros los que pensamos, sino que es el universo quién piensa a través de nosotros y, a través también, de todos esos seres que ha desarrollado en diferentes planetas que giran a estrellas esparcidas en millones de galaxias.
¿Sería igual el universos si no hubiéramos aparecido? Sería igual pero habría una parte insignificante que no se observaría a sí misma. Somos un planeta minúsculos en la inmensidad de trillones y trillones de planetas. Somos una furtiva sombra que tarde o temprano habría aparecido porque la vida y la inteligencia siempre encuentran un camino para surgir. Somos una torsión de la nada en forma de doble hélice que transmite una información. Somos información al borde de un horizonte de sucesos de un agujero negro que nos puede transferir a otras realidades, a otros multiversos a otros espacios paralelos, a mundos en los que sólo pervivan los estados modificados de consciencia; a un tiempo que no sea tiempo. Tenemos un potencial infinito en el cerebro tratando de evolucionar, somo dioses en potencia con una mente en la que nos están esperando sucesos trascendentes, sorprendentes….singulares.
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