La Federación de Asociaciones de Prensa de España (FAPE), a la que pertenezco como periodista, ha realizado una queja formal a los políticos referente a las ruedas de prensa que se efectúan a través de una pantalla de plasma y sin opción ha realizar preguntas.
Una rueda de prensa es siempre con preguntas, de lo contrario no es una rueda de prensa, es una declaración institucional en el caso de los políticos o un comunicado. Para realizar una rueda de prensa en que las preguntas de los periodistas estén vetadas se envía un comunicado a los medios y ya está. Es como el que va a una conferencia y el conferenciante se limita a leerla, para eso que haga copias de lo que lee y los interesados nos las leemos en el café de enfrente tomándonos algo.
No es una moda, lo de las ruedas de prensa de los políticos a través de una pantalla de plasma, es miedo a que los periodistas hagan preguntas incómodas, es vergüenza a enfrentarse con la realidad de lo que están haciendo mal, es temor a tener que dar la cara, es ocultación y no querer enfrentarse públicamente a los asistentes que exigen explicaciones, que les solicitan, con todo el derecho democrático, cuentas de lo que han hecho o lo que han dilapidado. Es un acto antidemocrático que vulnera el derecho a preguntar y a la libertad de Prensa.
Si lo permitimos y la FAPE no endurece sus exigencias, terminaremos frente a un robot que se limitará a recitar un comunicado y contestar escuetamente con un “negativo”, “positivo”, o “pregunta inadecuada”. Será como Orwell 1984 o el mundo feliz de Huxley.