Dmitry Itskov, impulsador de Initiative 2045, destacó en el congreso de New York de 2013, que las claves del progreso en el futuro eran cinco: el desarrollo de una gran espiritualidad; una gran cultura, una perfecta ética, una alta ciencia y una alta tecnología.
Pienso que al margen de estos valores el ser humano tiene que desarrollar sus propias facultades y para ello aconsejo una serie de aspectos para desarrollar en nuestra vida cotidiana.
Se trata de seis claves que me parecen vitales. Indudablemente que hay muchas más, pero empecemos por esta media docena:
- Debemos experimentar. Eso significa tener experiencias nuevas, no anquilosarnos en lo establecido, sino abrirnos a otras posibilidades. Nuevas lecturas, nuevas actividades creativas, nuevos ambientes, etc.
- No debemos huir de los pensamientos que nos angustian, sino hacernos preguntas inquietantes, enfrentarnos a los misterios de la vida. Razonar acerca de ellos, profundizar. La vida se nos ha dado para conocer sus enigmas, para encontrar respuestas o plantear nuevos interrogantes, no malgastemos esa única oportunidad que tenemos.
- Observemos el mundo que nos rodea bajo la mirada, valga la redundancia, del observador. Veamos a las personas no como ellas pretender ser, sino como son. Razonemos nuestras observaciones. La observación detallada y razonada nos permitirá descubrir aspectos del entorno y de los que nos rodean inauditos.
- Escojamos como amigos a aquellos que nos transmiten hechos y aspectos importantes de la vida, no aquellos que nos cargan de banalidades y chismorreos mundanos. Transmitamos nuestros conocimientos a los que están dispuestos a escucharlos, y seamos receptivos a los que nos enriquecen con su sabiduría.
- Leamos. Siempre hay algo nuevo para leer y enriquecerse con su contenido. La lectura, la investigación, el aprendizaje nos lleva a admitir que cada día sabemos menos y menos de más y más cosas. Sobre todo, la lectura debe hacerse críticamente, reflexiva, razonando. No importa que el autor sea un genio, también ellos se equivocan y años después tienen que rectificar.
- Escribe, plasma tus pensamientos en la escritura. Al escribir un pensamiento o una idea se reflexiona más sobre lo que se dice. La escritura te ayuda a razonar sobre lo que plasmas en el papel, a aclararlo, a razonarlo. Escribir es una forma de crear como la pintura o la música.
Y sobre todo piensa, haz trabajar a ese kilo y medio y sus 84.000 millones de neuronas… lo están deseando, quieren extender sus conexiones para hacernos más inteligentes.
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