Me dijo un amigo que se llama Manel antes de finalizar el año, que no quiere empezar el año nuevo quejándose de los recortes, de los políticos, de los aumentos de precio en los combustibles, y de todas esas cosas con las que nos machacan y que no podemos evitar. Razona, inteligentemente, que este estado de encabronamiento sólo nos perjudica a nosotros, que terminamos creando bilis, úlceras de estómago y malestar familiar, y que la vida, que sólo es una, merece vivirse bien, como la viven esos panzudos hombres de rojo que nos aseguran que hay otra vida. La realidad es que no podemos hacer nada contra las cosas malas que nos imponen desde el poder, pero hagamos que las cosas malas no hagan nada contra nosotros. En palabras de proverbio budista: “que la barca esté en el agua bien, que el agua esté en la barca mal”.
Esta claro que tenemos que centrar la lucha contra el sistema con otros medios. Ya se me irán ocurriendo.
Yo de los periodistas no entrevistaría a ningún político. ¡Basta de protagonismos! ¡Basta de escuchar falsas promesas! Esto lo digo como exprofesional de la Prensa y TV. Soy premio Nacional de Periodismo 1982, he entrevistado a Suárez, Carrillo, Boyer, Tamames, etc. Hoy me negaría a seguirles el juego, objeción de conciencia política.
En cuanto a los banqueros y financieros, nada de cubrir sus ecos de sociedad, sus banquetes, sus viajes, sus bodas…como si no existieran. ¿A caso no somos nosotros para ellos un simple número en las cuentas de sus bancos?
Existen cosas más importantes en la vida que esta gente, cosas como “es benigno” (emulando a Woody Allen en Desmontando a Harry).
Hay temas más importantes en la realidad científica, en las inquietudes de nuestra mente y en los amaneceres y en el cantar de los pájaros. Más importantes que las ambiciones de cuatro banqueros y políticos fumándose unos Cohíba y pensando como jodernos para amasar ellos más dinero.