A lo largo de toda la carrera espacial se han producido inquietantes avistamientos de OVNIS. Muchos astronautas, especialmente americanos, han efectuado declaraciones, breves, pero concisas. Así han realizado algún breve comentario apoyando la existencia de OVNIS, los astronautas Edgar Michell del Apolo 14, Gordon Cooper de las misiones Mercury; Deke Slayfin, Brian O´Laery, James McDivitt de la misión Géminis 4; Joseph Walker, Leland Melvin y Edwin Adrian del Apolo 11 que comentó fríamente: «…algo había ahí fuera».
Se sabe que existen taxativas prohibiciones de la NASA por revelar o realizar comentarios si lo sucedido o grabado era considerado «material reservado». La penalización puede llevar a la expulsión del astronauta de la Agencia y el fin de su carrera espacial. Para los jóvenes astronautas significaba tirar por tierra toda una formación muy especializada de varios años. Unas circunstancias a las que también están sujetos los pilotos militares de las Fuerzas Áreas.
La aparición de numerosas empresas aeroespaciales que fabrican sus propios cohetes ha servido para dar una mayor libertad de expresión a los astronautas de la NASA y Roscosmos, que ahora disponen de muchos más lugares donde seguir siendo astronautas.
Quiero relatar tres sucesos sobre el tema OVNI sujetos a numerosas preguntas que trataremos de responder.
El primero de ellos es relativo a las declaraciones de la astronauta británica Helen Sharman, que en 1991 viajo al espacio y estuvo en la estación espacial. Sharman, en unas amplias declaraciones empezó por afirmar que “los extraterrestres existen”, declaración a la que añadió que “existen tipos de formas diferentes de vida” y en la que se preguntó: “¿Serán como tú y yo, compuestos de carbono y nitrógeno? O quizás no”. Tras algunas otras reflexiones terminó misteriosamente afirmando: “… es posible que estén aquí ahora y simplemente no podamos verlos”.
Las declaraciones de Helen Sharman se producen en un momento en el que parece que existe cierta apertura oficial sobre el tema OVNI. Aunque persiste el misterio de lo sucedido con la astronauta francesa Claude Haignere. Esta astronauta estuvo en la ISS y, a su regreso a la Tierra intervino en una rueda de prensa en la que, alterada y con gran nerviosismo exclamo: “¡La Tierra debe ser alertada!”, y seguidamente se desmayó. Rápidamente la sacaron de la sala de prensa, y a partir de ese momento le fue vetado realizar cualquier declaración sobre lo que había querido alertar. La historia de Haignere no termina en ese veto oficial. Días después de la rueda de prensa su laboratorio particular en los Laboratorios Curie, ardió misteriosamente, quemándose todas sus notas, grabaciones y fotografías. No hubo ninguna declaración al respecto. Solo se sabe que Claude Haignere abandonó o se le hizo abandonar sus investigaciones espaciales, y que se le había sido asignado un trabajo en uno de los museos de París.
El tercer suceso se refiere a las declaraciones de altos mandos de la Marina de Estados Unidos sobre los avistamientos de OVNIS, destacando que se trata de objetos reales no identificados. Estas declaraciones se acompañaron de grabaciones (21 enero.2015) en las que aviones F/A-18 Super Hornet, perseguían inútilmente a estos objetos que alcanzaban velocidades hipersónicas (3.415 m/s) y realizaban maniobras imposibles, todo ello sin que se les advirtiera ningún propulsor.
Las declaraciones de los astronautas, cada vez más atrevidas, el suceso de Claude Haignere, las declaraciones de Helen Sharman, y las desclasificación de las grabaciones de la Marina de EE.UU., inducen a pensar qué algo está sucediendo para que se autoricen estas declaraciones y desclasificaciones de materia reservado.
Un amigo mío, experto en el tema de la ufología y, además miembro activo de Geipan (Groupe d´etudes et d´information sur le phénomenes aérospatiaux non-identifiés) me confesaba: “La actitud de los OVNIS sigue siendo la misma de siempre: observarnos y pasearse por nuestros cielos, lo que ocurre es que ni las Fuerzas Armadas, ni la NASA, ni los Servicios de Inteligencia pueden tapar la boca a todos los que han tenido avistamientos, esto origina cierta apertura. El problema que se enfrentan las autoridades es el que grupos organizados de medios de Información, Fundaciones e Instituciones, empiecen a exigir que se nos dé una explicación sobre esos objetos que campean en nuestros cielos”.
Le insistí a mi amigo: “Y ellos, que pensarán de nosotros”. Me miró con sorna y me contestó: “No somos importantes para ellos, hay muchas especies parecidas a la nuestra por la galaxia”.
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