Sus empleados tienen los más altos niveles de coeficiente de inteligencia, como empresas no fabrican ningún producto y carecen de beneficios económicos. Se denominan Centros o Agencias de Inteligencia.
Me solicitan algunos seguidores de mis post que explique cuántos Servicios de Inteligencia existen en España. Creo que ya es un tema conocido, pero de cualquier forma realizaré un breve recorrido por estos oscuros e insondables lugares.
La llamada comunidad de inteligencia (vamos a utilizar la jerga de la profesión) está compuesta por las siguientes siete familias: CNI (Centro Nacional de Inteligencia) adscrito al Ministerio de Presidencia; CGI (Comisaría General de Información) a cargo del Ministerio de Interior y ubicada en el complejo policial de Canillas (Madrid); SIGC (Servicio de Información de la Guardia Civil) a cargo del Ministerio del Interior, ubicado en un edificio cercano al Aeropuerto de Madrid y otro inmueble en la capital; CITCO (Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado) a cargo del Ministerio de Interior; CIFAS (centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas) que depende del Ministerio de Defensa.
A esta comunidad hay que añadir los Centros de Información de los Mossos d´Esquadra y de la Ertzaintza, ambos sin funciones de espionaje, contraespionaje y operaciones especiales (OpEs).
Podríamos añadir el SEPBLAC (Servicio Ejecutivo de la Comisión de Prevención de Blanqueo de capitales e Infracciones Monetarias)
Todos ellos forman una comunidad de 10.000 agentes dedicados plenamente a estos servicios, al margen de que, por ejemplo, el colectivo de la Guardia Civil cuenta con informadores (sus miembros) en todos los lugares de España, personal que no está incluido en esos 10.000 agentes. Es como el Mossad, su eficacia está apoyada por los judíos de todo el mundo, siempre prestos a informar y colaborar; otro ejemplo es el Vaticano cuyo servicio de Inteligencia, la Santa Alianza o Sodalitium Pianum, siempre dispondrá de un sacerdote informador en el rincón más remoto del planeta.
La familia ha crecido con la Ciberseguridad, que depende del Departamento de Seguridad Nacional (DSN), que coordina los Organismos de Ciberseguridad de los Ministerios, Comunidades y Fuerzas de Seguridad; tiene la Oficina de Seguridad y de Tecnología de la Informática en la Moncloa, su jefa es Mar López (la mujer más informada de España en ciberseguridad), también es secretaria del Consejo Nacional de Ciberseguridad. Citaré también el Centro Criptográfico Nacional que depende del CNI y el Mando de Ciberdefensa del Ministerio de Defensa.
Luego podemos hablar de los “primos” de la familia, Compañías ligadas: HERTA (especialista en identificación biométrica); Software Detección; ISID; Centro Nacional de Excelencia de Ciberseguridad (en el campus de la UAM); Instituto Forense y de la Seguridad (ICFS); la empresa CFLabs; etc. Hay una proliferación de empresas de ciberseguridad, que advierten que existen dos clases de usuarios de la Red, los que han sido ciber-asaltadas y los que lo han sido y no lo saben todavía.
Entre todos estos servicios hay rivalidades, algunas dramáticas y grotescas, ya que a la hora de obtener una información o un testigo, han llegado a sacarse las pipas (pistolas) y encañonarse entre agentes de los distintos cuerpos. Todos saben que la información es poder, y si es secreta es poder secreto, y quién tiene la información dispone de una gran ventaja. Se dice que un pesimista es un optimista con información.
La realidad es que el CNI, del que hablaremos más adelante, se considera el auténtico servicio de inteligencia de España y derrocha su prepotencia ante los demás servicios. Los de la Comisaría General de Información (CGI) desprecian al Servicio de Información de la Guardia Civil (SIGC) por considerarlo militar y carecer de la sensibilidad necesaria para tratar con la población civil. Los agentes de la Comisaría General de Información (CGI), se consideran pioneros y grandes especialista en la lucha antiterrorista (ETA y el Yihadismo), así como conocedores de las antiguas células marxista, leninistas y estalinistas, cuyos componentes habían pasado por los sótanos de Puerta del Sol en Madrid, antigua Jefatura Superior de Policía. El SIGC revindica su gran conocimiento sobre ETA y la lealtad de sus hombres al Cuerpo, sobre todo ahora que ha estallado el affaire, nada ejemplar, de Villarejo. Los otros servicios creen que se desconfía de ellos, y los Mossos d´Esquadra y la Ertzaintza lamentan su discriminación en determinadas funciones, compras de material y establecimientos de relaciones con agencias extranjeras. En realidad, estos dos últimos servicios, son tratados como sospechosos y carentes de lealtad al Gobierno, incluso de haber intentado crear sus propias unidades de inteligencia. Este es un tema que ya explicare en otra ocasión.
No quiero extenderme mucho, por lo que sólo haré un breve recorrido por el CNI para que los lectores profanos tengan una idea de “La Casa”, nombre por el que se conoce en la jerga del espionaje.
El CNI fue fundado en 2002 como consecuencia de la reestructuración del antigua CESID (Centro Superior de Información de la Defensa) que estaba en un chalet de la Castellana en Madrid. La nueva CNI tiene su sede en el Km 9 de la A6, cercano a La Moncloa y La Zarzuela. La Dirección de Apoyo de la Inteligencia (encargada de las operaciones clandestinas) está el monte de El Pardo, muy cerca de La Zarzuela.
El CNI cuenta con alrededor de 3.500 agentes en su nómina de personal, de los cuales el 67% son hombres y el 33% mujeres, siempre hablaré de cifras aproximadas. El 42% de este personal tiene estudios universitarios. En la sede de Madrid trabaja el 62%, un 5% en el resto de España, y un 24% en el extranjero, muchos como agregados culturales en las Embajadas y otros en servicios clandestinos. De todo este personal el 62% es de origen civil, el resto militar. Tres mil quinientos agentes en realidad no son muchos si los comparamos a los 107.000 que tiene solo la CIA en su nómina.
El CNI ha dependido del Ministerio del Interior hasta 2011, que paso a depender del Ministerio de la Presidencia bajo el control personal de Soraya Saenz de Santamaría (SSS). No debiera ser así, ya que significa que el CNI queda bajo el mando del partido político en el poder que se hace beneficiario de su información. No cabe duda que esta dependencia ha convertido a SSS en una de las mujeres más informadas y poderosas de España, incluso peligrosa para sus enemigos políticos.
El director actual de “La Casa” es el Teniente General Félix Sanz Roldan, anteriormente Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD). Pero la persona que tiene más poder en “La Casa” es otra mujer, Beatriz Méndez de Vigo, la número dos del CNI, secretaria general. Su hermano es el actual Ministro de Cultura Iñigo Méndez de Vigo (IX barón de Claret); y otro de los hermanos, Pedro Alfonso, es coronel director del Gabinete Técnico del Secretario de Estado de Defensa. El cuñado de Iñigo, Pérez de Herrastre, es dirigente de Alianza Nacional y fue uno de los ultraderechistas que asalto el Centro Cultural Blanquerna en Madrid.
Sigamos visitando brevemente “La Casa” y veremos que está estructurada en 18 divisiones, departamentos y áreas, dirigidas por tres jefes principales, directores de inteligencia, Apoyo de la inteligencia (Operaciones encubiertas) y Recursos.
El CNI dispone de un presupuesto anual de unos 240 millones de euros, de los cuales 167 están destinados a personal, 46 a bienes y servicios, 9 a inversiones reales y 20 son gastos en operaciones que no dejan rastro. Esos 240 millones de euros no son nada si los comparamos con el presupuesto de la CIA, más de 52.000 millones de dólares.
Esta es la familia, en la que hay de todo, “fantasmas”, resentidos, tipos que se creen James Bond operando en islas caribeñas, topos e infiltrados, traidores y, también hay que decirlo, excelentes analistas y profesionales de la inteligencia. Todos son hombres que han renunciado a los honores públicos por los servicios prestados para no poner en peligro, en el futuro, su eficacia laboral y lo que saben. Dicen que el espionaje es la segunda profesión más antigua del mundo, y también se destaca que Jesucristo tuvo doce hombres a su servicio y uno resultó ser un agente doble.