Mi modesto mensaje de fin de año es una reflexión de dónde estamos y que sabemos. Seamos sinceros y expliquemos el estado de la ciencia, es decir, aclarar que sabemos en realidad sobre la física, la cosmología, el cerebro y nosotros mismos de la forma más breve posible.
Seguimos sin conocer el 95% del Universo que nos rodea, solo intuimos un 4,9. No tenemos muy claro el concepto del tiempo ni la flecha del tiempo, ni la entropía. Algunos físicos teóricos empiezan a considerar que la gravedad es una ilusión. En la teoría cuántica el modelo estándar parece funcionar, pero no estamos muy seguros si el bosón de Higgs es verdadero. La teoría de las cuerdas parece ser un camino para crear una teoría del Todo, por lo menos funciona matemáticamente, pero no es aceptada por todos los científicos. La mejor fórmula de la física de Einstein (E = mc2) tiene sus pegas ya que parece que la velocidad de la luz no es la velocidad máxima que existe.
En Cosmología se pone en duda que nuestros universo sea el único, según algunos físicos hay que considerar los universos paralelos y burbuja. Tal vez todo es una ilusión como Matrix, tal vez no somos ni realidad.
En cuanto a nuestros orígenes, el árbol genealógico humano no parece tan sencillo, el Homo sapiens ha tenidos hibridaciones con Neandertales y otras especies. Hay muchas ramas que están incompletas. Ni siquiera tenemos claro el origen de la vida, si su cuna fue la Tierra o vino de fuera.
Con respecto al cerebro, los nuevos programas de investigaciones internacionales empiezan a revelar que es más complejo de lo que esperábamos y que el 90% de la salud depende de este órgano. También sabemos que si no nos alimentamos correctamente tarde o temprano enfermaremos. Lamentablemente corre mucha mierda por ahí. Seguimos inmersos e impotentes ante ese lado oscuro y comercial respecto a los medicamentos y las vacunas, un lado cruel dominado por los intereses comerciales de las multinacionales farmacéuticas.
En cuanto a nuestra civilización por fin nos hemos dado cuenta que depende de un hilo, que es muy vulnerable, que corremos el peligro de un impacto de asteroide o cometa, que una eyección de masa de la corona solar puede achicharrarnos, que puede producirse una inversión del campo magnético de los polos, o que un mega volcán puede acabar con todos. Incluso un virus como el Ebola puede ser apocalíptico.
Respecto a nuestra sociedad también fallan nuestras democracias en las que abunda la corrupción. El poder del dinero sigue gobernando el mundo. El terrorismo crece y seguimos temiendo la proliferación de armas nucleares.
Internet nos hace con sus redes muy vulnerables, ya que un virus maligno puede paralizar todo un país. Y qué decir de la guerra de creencias religiosas que ha originado la aparición de yihadismo capaz de golpearnos con su fanatismo en cualquier lugar del mundo.
Me dirá el lector ¿Qué hay de bueno don pésimo? Hay de bueno que estamos vivos, que seguimos pensando, que seguimos sabiendo cada vez menos de más y más cosas. Amigo lector no se atormente, viva el presente intensamente, disfrute la vida todo lo que pueda, coma y beba estas fiestas y no haga tripas por tener que compartir mesa con ese cuñado o familiar cretino que todos tenemos. Viva el “aquí” y “ahora”. Viva el mundo cada día como si fuera a ser el último de su vida. No deje que nadie le venga con historias mundanas y cotilleos. No soporte por educación a ningún cretino. Ríase de aquellos que tienen prejuicios, “titulitis”, soberbias, petulancias, jactancias, vanidades, pedanterías y que viven pendiente de lo que hacen los demás, en el fondo esos individuos son una nueva especie de la psiquiatría y antropaleontología: el homo maniáticus.
Sigan mi consejo, pero no se olviden de los amigos y de los que les necesitan y, sobre todo, de los que ya no están.