El grafeno se convierte en una fuente de energía eléctrica. Hable, no hace mucho del grafeno, cuando Nokia, el Consorcio Flagship grafeno, se llevaba una importante aportación de la UE para seguir investigando en el desarrollo de la tecnología con grafeno.
Pues bien ayer, a través de la revista Nature Physics, los laboratorios del Instituto de Ciencias Fotónicas (IFCO) de Barcelona, el Instituto Técnico de Massachussets (MIT) de EE.UU., el Max Planck Institute de Alemania, y Graphenea, S.L. de San Sebastian, anunciaron que a través del grafeno se había podido convertir la energía de la luz en corriente eléctrica, una revolución en la energía fotovoltaica.
Así el grafeno se convierte en una alternativa a los semiconductores de silicio en la industria de las placas solares, y en cualquier dispositivo que quiera convertir la luz en electricidad, desde un ordenador a un móvil. Las células solares serán más eficientes y los ordenadores y móviles puede que ya no precisen cargarse en la red de eléctrica.
Ya explique que el grafeno es carbono puro. Una hoja de grafeno tiene el espesor de un átomo, es 300 veces más fuerte que el acero y una lámina de 1 m2 pesa 0,77 miligramos; entre sus propiedades está que es conductor térmico y eléctrico.
Con el nuevo descubrimiento, el grafeno permite construir circuitos integrados, transistores, teléfonos, pantallas flexibles, baterías ultrarrápidas, nanotubos, y materiales de nanotecnología, comunicaciones, aeronáutica, etc.
Donde más abunda el grafeno es en el espacio, en los asteroides, de ahí el interés de su explotación muchas empresas de astronáutica, especialmente desde que el telescopio Spitzer de la NASA descubrió que abunda en el espacio, en los asteroides.