Me solicita un amigo que hable de esta eclosión de conocimiento en la que estamos viviendo, y le anticipo que no es única en la historia de la Humanidad.
Son misteriosas oleadas en las que la humanidad accede a un gran salto de conocimientos. Destaco, inicialmente que no debemos confundir estas oleadas con paradigmas. Un paradigma es un nuevo descubrimiento que cambia todos los conceptos anteriores, generalmente un descubrimiento científico: las teorías de Einstein, la leyes de Newton, el Big Bang, etc. Podría incluirse entre los paradigmas, el descubrimiento del fuego y la escritura.
Aquí no referimos a “oleadas” de conocimiento y la primera se produce en el siglo VI a. C. con una gran eclosión filosófica. Se trata de un acontecimiento único después de los enterramientos neandertales en Sanidar, las pinturas de las cuevas europeas y las pinturas de Tassili. Así en la India se escriben algunos Upanisad, aparece la filosofía Samhhaya, nace Buda y surge el jainismo. En China surge Lao-Tse, autor del Tao Te King, y Confucio. En Oriente Medio aparece Zaratustra impulsador del mazdeísmo, el bien y el mal y la primera religión. En el mundo hebreo es el momento de los profetas, en Grecia surgen los presocráticos: Anaximandro, Pitágoras y su escuela, Heráclito y Parménides.
Se producirá otra eclosión del pensamiento en el siglo III, pero esta vez menos globalizada y centrada en Alejandría, donde aparecerá una gran diversidad de corrientes intelectuales, filosóficas y espirituales. Es la época en que coinciden Clemente y Origen, dos de los más importantes teólogos que eran conciudadanos de Plotinio. Fue cuando emergió el culto a la Diosa Isis, la adoración de Mitra, Plutarco y el platonismo ecléctico, los neopitagóricos, los misterios órfico-dionisiácos, Apolino de Triana, Filo con el misticismo judío, el maniqueísmo, los estoicos, Numenio y Apuleyo, las escuelas de escritura hermética, los magi, el hinduismo brahmánico, el comienzo del budismo, la expansión del gnosticismo que se había iniciado en Siria y el cristianismo.
La tercer oleada se produce en el siglo XVIII, el llamado siglo de las Luces, en Francia; siglo de la Iluminación, en Inglaterra; y siglo de la Ilustración, en España.
La Ilustración determinaba que el conocimiento que recibía el hombre no procedía de una divinidad, sino del propio esfuerzo personal. En 1775 estallaría la guerra de independencia americana, que tras ocho años de combates terminaría en 1783 con la declaración de la Independencia por parte de George Washington. En el nuevo continente había nacido una nación y sus protocolos, firmados por masones, la calificaban de laica. Solo seis años después estallaría en Europa la Revolución francesa, con el reino del terror de la guillotina que se prolongó hasta casi final de siglo. Francia pasaba de la monarquía a la república, también laica.
La Ilustración representó un cambio importante, trajo nuevas ideas y estilos de vida que fundamentaría la identidad de la Europa actual y la cultura occidental. Surgió la secularización y la ciencia comenzó a realizar una descripción del mundo sin tener que recurrir a Dios. Surgió el ateísmo moderno.
En el siglo XVIII se creó una libertad e independencia del pensamiento, todo se podía cuestionar, incluso las creencias religiosas. En el siglo XVIII fue la ciencia la que produjo el cambio revolucionario de la época, la razón predominaba por encima del corazón. Imperaba el método científico experimental y el análisis matemático. En el siglo XVIII surgió la famosa Enciclopedia cuyo verdadero nombre era Diccionario razonado de las ciencias, las artes y los oficios. Una obra monumental de 17 tomos dirigida por Denis Diderot. Fue el símbolo de la época y sus usuarios eran los enciclopedistas. Todo el que no sabía leer o no comprendía sus materias quedaba excluido del gran adelanto. ¿No es hoy Internet algo parecido con los internautas? ¿No queda excluido todo aquel que no se adapta a la nueva tecnología de ciberespacio? La Ilustración también produjo un proceso muy rápido de laicización, período en que la Iglesia perdió poder y credibilidad. También surgió el ateísmo y el enfrentamiento entre ciencia y religión, así como la aparición de un buen número de agnósticos.
La Revolución francesa significó un importante cambio en el pensamiento y en la ciencia que se prometía como creadora de una nueva sociedad y liberadora de los seres humanos. Parte del fracaso de este proyecto fue responsabilidad de los políticos y especialmente el marxismo, un marxismo que muchos quieren identificar con cientificismo. Como se ha pretendido identificar al cientificismo con el comunismo, sólo por el hecho de que el régimen soviético lo abanderó. Ni comunismo, ni marxismo son los representantes de la ciencia, afirmaría que más bien se valieron de ella para alcanzar poder y dominar a los seres humanos.
La cuarta “oleada” es la que estamos viviendo ahora. Uno de los factores de la eclosión de descubrimientos, esta tecnología que emerge, se debe a que el 90% de todos los científicos y sabios que han existido en la historia de la humanidad, hoy están vivos. Nunca han existido tantos cerebros investigando, formulando tesis, hipótesis, teoremas, etc. Los descubrimientos en todos los campos son exponenciales, y van a tal velocidad que, cuando nos percibimos de su existencia ya ha surgido algo nuevo que lo sustituye.