Recuerdan ustedes como el 11-S sirvió de pretexto a Bush y sus compinches para restringir las libertades en Estados Unidos, pues bien la crisis está sirviendo de excusa y alegato para imponer ideologías políticas. Los tijeretazos  son una argucia, un velo que enmascara cambios ideológicos, es la ocasión que tienen los que están en el poder para cambiar las leyes sin cambiarlas, no hace falta un proyecto de ley y una votación democrática, se recorta el presupuesto y se acabó el dinero para comprar anticonceptivos, la Viagra, realizar abortos, acceder a los tratamientos de fertilidad, restringir determinadas enseñanzas en los colegios, ofrecer justicia gratuita con el abogado de oficio, cerrar la investigación con células madres, prohibir el derecho a manifestarse y todo aquellos progresos y libertades que se habían conseguido. Un par de ejemplos son las reducciones de plantillas en las televisiones públicas, reducciones que afectan a los más progresistas y más contestatarios. Los recortes en medicina son una coacción a la población, una forma de decirle: ¡Cuidado, no protestes que te recortamos más medicamentos! Otro ejemplo es la pretensión de prohibir que se grave a cuerpos policiales y sus actuaciones en las manifestaciones, para evitar que el ministro del interior tenga que justificar los excesos de autoridad y abusos de poder.

Con los tijeretazos están aprovechando la crisis para imponer sus ideas de una forma drástica y, además, se excusan en la necesidad de ahorrar. El ahorro está en partidas protocolarias, en viajes suntuosos innecesarios, en vehículos, en armamentos que no nos sirven para nada, en intervenciones militares que no nos interesan, en presupuestos eclesiásticos privilegiados, en unos impuestos discriminatorios y un largo etcétera.

¿A quién pretenden engañar? Todos los recortes significan involución, están destinados a imponer nuevas ideologías y restringir libertades. Los recortes ocultan discriminación, se está recortando en el progreso, en la libertad. Se recorta en cultura, en los presupuestos para las bibliotecas, y en todo aquello que enriquece la mente humana, ya que interesa que no pensemos, que no reflexionemos, que seamos incapaces de crear y que no corra por nuestros cerebros la más mínima inquietud, es el regreso a Un mundo Feliz de Huxley o 1984 de Orwell. Quieren someter nuestra conciencia, con el miedo, la falta de trabajo y el desconcierto…es una involución que nos lleva al homo inculto, ignorante y sometido.