Hoja de ruta para la criogenización.
En agosto de 1970 me encontraba sentado junto a Salvador Dalí, en el bar restaurante La Puñalada, del Passeig de Gràcia de Barcelona. En aquellas fechas era el joven presidente de la Sociedad Cryonics de España, y trataba de explicarle al excéntrico pintor los inconvenientes que había en España para poder realizar correctamente una criogenización.
El problema principal residía en la rapidez con que se debía de realizar el proceso de hibernación prolongada, para evitar que las células cerebrales (neuronas) no se muriesen por falta de oxígeno. De nada servía congelar y guardar un cuerpo si el cerebro estaba seco. Y el problema en España era la ley que no permite realizar nada en un cadáver hasta que el médico no había firmado la defunción y el forense las causas de la muerte, un proceso que puede enternecerse en varias horas, cuando solo se disponen de diez minutos para evitar que se produzcan daños en el cerebro irreversibles.
Este hecho es algo que saben los todas las grandes Compañía que albergan en sus cryocápsulas o tanques Dewar cuerpo o cabezas de los más de 200 cryonautas que hay en la actualidad. Compañías como Alcor creada por Raymond Kurzweil; Trans-Time; Cryonics Institute; Societe Cryonics de Suiza; o la Rusa KrioRus con más de 55 rusos congelados y 25 mascotas. Destacaré la empresa española Cecryon en Alicante, que solo está constituida como Sociedad Anónima, y hasta el momento carece de medios y cápsulas para realizar un proceso criogénico. Sobre Cecryon, se desconoce cómo va a resolver el problema legal del tiempo que transcurre entre el papeleo médico y la criogenización del cadáver. No sé si los contratos que ha elaborado advierten esa rapidez que es necesaria para hibernar un cerebro con todas sus facultades, a no ser que se conformen con una momia inservible. Por ahora Cecryon es una empresa oscura en la publicidad de la prestación de sus servicios, debería concretar más y detallar los procesos abiertamente.
Anatole Dolinoff era mi profesor y terminé con él trabajando en su laboratorio de París, donde se hizo el primer módulo de transporte cryogenico, una especie de baúl acondicionado para aguantar las necesarias bajas temperaturas y poder transportar un cryonauta de París a Zurich donde se construyó un crytorium. Las fotografías publicadas en varias revistas españolas y francesas en las que yo estaba envuelto en papel de aluminio o en el interior de una cryocápsula, provocaron que Salvador Dalí me llamase y me mostrase el interés por cryogenizarse, algo que no pudo conseguir.
Voy a explicar cómo es el proceso de criogenización según lo que yo he vivido junto a Dolinoff.
Hay que actuar inmediatamente tras el fallecimiento, justo cuando el electroencefalograma muestra una línea plana. Por lo que el equipo debe de estar preparado esperando ese momento crucial.
Lo más importante es evitar que el cerebro se deteriore por falta de oxígeno, por lo que se realizaba una respiración forzada de oxígeno con mascarilla. Seguidamente se instalaba el cuerpo en un recipiente refrigerado por medio de agua, hielo y un diez por ciento de glicerol, inyectándose heparenina en la carótida para evitar que se coagulase la sangre. El procedimiento es más seguro si se disponía de un corazón-pulmón artificial adecuado, para efectuar estas intervenciones.
Cuando la temperatura de todo el cuerpo había descendido por debajo de cero grados centígrados, se introducía una sonda metálica en las arterias y vena femoral para hacer circular una solución isotónica fría conteniendo inicialmente un 50% de glicerol, luego un 10% y, finalmente, un 15%, en circuito abierto bajo una presión de 80 mm de mercurio, invirtiéndose el sentido del circuito a intervalos de 10 minutos para evitar que las válvulas del corazón oponga resistencia al riego pulmonar.
Seguidamente se retiraba el exceso de glicerol reemplazándolo por una solución con mezcla isotónica que contenía Daxtran, mientras se enfriaba el cuerpo con capas alternativas de hielo y sal, provocando que la temperatura descendiese a -20ºC. En este momento se recubre el cuerpo con papel de aluminio, se introduce en una cryocápsula y se desciende la temperatura a -79ºC con la ayuda de bolsas de nieve carbónica.
Paulatinamente se irá descendiendo la temperatura hasta alcanzar los -196ºC. Esta temperatura produce un silencio químico en el cuerpo humano, de forma que lo que transcurre en 2/10.000 segundos a la temperatura de 37ºC, tarda seis mil millones de años en producirse a -196ºC. El cuerpo, dentro de la cryocápsula se conserva en un vaso Devar con una entrada de argón y un vacío de 10-6 mm Hg., y una expansión de poliestireno y blindaje exterior de aluminio.
La criogenización es una de las hojas de ruta para alcanzar la inmortalidad. Hay otras, creo que más efectivas en las que se está trabajando.