Cuando mencionamos el grafeno estamos hablando del futuro tecnológico. Nokia, el Consorcio Flagship grafeno, se lleva una importante aportación de la UE para seguir investigando en el desarrollo de la tecnología con grafeno. Europa apuesta por el grafeno como futuro sustituto de silicio, y dedicará parte de su presupuesto, en los próximos diez años, en el desarrollo de esta posibilidad.
El grafeno es carbono puro. Una hoja de grafeno tiene el espesor de un átomo, es 300 veces más fuerte que el acero y una lámina de 1 m2 pesa 0,77 miligramos; entre sus propiedades está que es conductor térmico y eléctrico, se calienta muy poco y tiene la propiedad, según algunos investigadores, de autoenfriarse. Si le llega la luz genera electricidad como los paneles solares.
¿Qué se puede hacer con el grafeno? Construir el futuro. Se pueden hacer circuitos integrados, transistores, télefonos, pantallas flexibles, baterías ultrarrápidas, nanotubos, y materiales de nanotecnología, comunicaciones, aeronáutica, etc.
El grafeno se puede sintetizar a partir de azúcar común a 800ºC, se obtiene a través del grafito con el que se hacen las minas de los lápices. En España se explota, por el Grupo Antolín, que ha invertido en su explotación 3 millones de euros más 1,5 que ha aportado la Junta de Castilla-León. Existen yacimientos en Chile y en África, en este último continente en países de complicada estabilidad. Francia ha intervenido en Mali por el oro y los diamantes, pero también por el grafeno.
El grafeno va ha tener un gran impacto financiero hasta el 2020, es un mercado que sólo en Asía representa 675 millones de euros. Los países con más patentes con grafeno son China, seguido de Estados Unidos y Reino Unido.
En su explotación están interesadas, y ya han realizado proyectos, muchas empresas de astronáutica, especialmente desde que el telescopio Spitzer de la NASA descubrió que abunda en el espacio, en los asteroides.
Más información de la noticia en Mashable y en la Wikipedia.