LOS SERVICIOS SECRETOS DE VATICANO
“Conocerás la verdad y la verdad os hará libres”. Este fragmento de Lucas 8:32 es el lema de la CIA. Discrepaba con un amigo del CNI, y le argumentaba que para mí el mejor servicio de inteligencia era el MOSSAD de Israel. Mi amigo me explico: La Santa Alianza y Sodalitium Pianum, servicios secretos del Vaticano son los mejores porque tenían agentes en todas las partes del mundo, una plantilla de sacerdotes siempre dispuestos a informar sobre lo que acaece en su lugar de estancia. Los Servicios Secretos del Vaticano, tiene una plantilla de “agentes de campo” mayor que la CIA, el MI5 y el antiguo KGB juntos, solo comparable al MOSSAD con todos sus judíos esparcidos en todos los lugares del mundo y dispuestos a colaborar con su país.
En la plaza de San Pedro, entrando a mano derecha, se encuentra el cuartel de la Guardia Suiza y debajo, en sus laberínticos sótanos, el servicio espionaje papal con sus archivos secretos y la unidad de códigos secretos conocida como Reparto Crittográfico. Un complejo conocido como la Santa Alianza y su servicio de contraespionaje el Sodalitium Pianum.
Como todos los servicios de inteligencia el historial de los servicios secretos del Vaticano está repleto de operaciones injustificables: financieras, políticas, revolucionarias e inmorales. Desde estos servicios de inteligencia se han apoyado golpes de Estado, se han creados sociedades secretas, se ha realizado tráfico de armas, se han tapado actos de pederastia, se ha ayudado a escapar a criminales nazis, se han provocado quiebras y chantajeado con la utilización de mujeres, como han hecho todos los servicios secretos. Decía Marcus Wolf, exjefe de Stasi, que: “En este terreno hicimos lo que todos los servicios del mundo: utilizar a las mujeres para acercar a los hombres y ganarlos para nuestra causa. Con algunas de ellas hasta el Papa hubiera trabajado para nosotros”.
En sus archivos secretos, conocidos como Archivo Secreto Vaticano (ASV), duermen en el olvido los entresijos secretos de la historia de nuestra civilización, la cara oscura del mundo. En estos archivos se almacenan cartas comprometedoras, fotografías, perfiles de miles de personas, dossiers estremecedores, toda una documentación que en manos de historiadores reconstruirían la verdadera historia del mundo. Es decir, la otra versión de los hechos históricos, los interrogantes de muchos acontecimientos, la otra parte oscura de la historia no accesible a la mayor parte de los mortales.
La Iglesia tiene tradición en el espionaje, actividad que se considera la segunda profesión más antigua del mundo. En la Biblia, Antiguo Testamento, se menciona la misión de los doce espías de Moisés, y como Josué envía a dos espías a la tierra de Jericó. Los instructores de los centros de espionaje, al hablar de los agentes dobles, siempre ponen el ejemplo de que Jesús que solo tenía doce hombres y uno se convirtió en agente doble.
Fui, invitado hace algunos años por el entonces camarlengo, monseñor Martínez Somalo, a visitar la Biblioteca Apostólica Vaticana, y me adjudicó un joven sacerdote jesuita para que me hiciera de guía, ya que, al margen de la Biblioteca también quería ver: el observatorio astronómico, el ferrocarril subterráneo, radio vaticano, etc. En la biblioteca el jesuita-guía me explicó que podía consultar cualquier libro siempre que estuviese “disponible”. Y sobre la documentación solo podía tener acceso a aquella anterior a 1943, de esa fecha en adelante, era material restringido que se encontraba en el Archivo Secreto. Muy educadamente me negó el acceso a ese lugar.
Dicen que en el Vaticano que todo lo que no es sagrado es secreto. Ahí se guarda la verdadera historia de nuestra civilización, los entresijos que ocasionaron los conflictos mundiales, los acuerdos secretos pactados, los magnicidios (J. F. Kennedy). En los Archivos Secretos del Vaticano esta la conversación secreta que mantuvieron Alí Agca y el Papa, las ayudas del Vaticano a los criminales nazis para huir de la Alemania ocupada (operación Pasillo Vaticano u Odessa). Así como la documentación referente a la muerte del Papa Juan Pablo I, que Juan Pablo II ordenó la clasificación de “Secreto Pontificio” y este histórico documento fue trasladado a un oscuro rincón del Archivo Secreto Vaticano. Igual sucedió con los documentos de la IOR, y la extraña muerte de tres altos cargos de la Vigilancia Vaticana, donde Pablo II selló esa documentación y mandó que se custodiase en el ASV.
Creo que mi amigo de CNI tiene razón, los Servicios Secretos del Vaticano son los más poderosos del mundo, pero no porque tengan “agentes de campo” en todos los países, sino porque además tienen “la confesión”, “el perdón de los pecados” y “excomunión”.