Hoy he llegado a las 225.000 entradas en el Blog. Quiero dar las gracias a todos los que me seguís. Ahora ya ando por las 225.040. ¿Vamos a por las 250.000 entradas?….Vamos, pues.
Hoja de ruta para alcanzar la inmortalidad
Se nos esconde lo esencial
Debiéramos estar más alarmados, pero la mitad de la población mundial no se entera y la otra mitad no entiende lo que investigan los laboratorios científicos. Solo los profesionales de los distintos sectores de investigación están al corriente de los avances que se producen. Así y todo, parte de estos progresos permanecen sometidos a las más poderosas tinieblas.
Ante los nuevos descubrimientos las personas, sea cual sea su profesión, debieran dedicar un tiempo para reflexionar, sentarse a pensar qué significa este nuevo hallazgo, en qué se puede aplicar y qué consecuencias o cambios producirá en el sistema social del mundo. A veces también encontramos respuestas en sus inversiones financieras, y finalmente podemos preguntarnos ¿A quién benefician? ¿A quién perjudica?
Sobre ese desconocimiento general de lo que se está fraguando en los laboratorios, no me sorprende cuando los interlocutores en general me confiesan que, por ejemplo, no habían oído nunca hablar de DARPA (Defense Advanced Research Projects Agency) o Calico (California Life Company), y menos lo que se está investigando en estos lugares.
DARPA no es un solo laboratorio de investigación, es una Agencia que controla y financia a decenas o cientos de laboratorios extendidos por todas partes. En el caso de Calico, es un lugar concreto que pertenece a Alphabet, una Corporación que engloba varias divisiones de Google. Y estos son los laboratorios más grandes y conocidos de los que hablaremos. Personalmente me preocupan más una serie de laboratorios pequeños, que también abordaremos, y sus reservadas investigaciones o experimentos incontrolados. Y por supuesto, están los laboratorios secretos de China y Corea del Norte.
No es que los seres humanos tengamos una neurasténica sensación de que estamos rodeados de conspiraciones, intrigas y maquinaciones, es que verdaderamente se nos está escondiendo lo esencial. Nos ocultan todos aquellos descubrimientos que no convienen para el sistema. ¿Creen que nos anunciarían a bombo y platillo que se ha descubierto una píldora que dobla nuestra esperanza de vida? ¡Pues claro que no! Por la sencilla razón que esa píldora también dobla el presupuesto de las pensiones de la Seguridad Social.
A pesar de todo no hay barreras para los descubrimientos que emergen, por muy rigurosas que sean las normativas y las leyes, acaban imponiéndose. Uno de los primeros ejemplos lo tenemos en las dificultades que el judío Gregory Goodwin Pincus tuvo que sortear para ensayar sus píldoras anticonceptivas. Su principal problema fue el nivel moral de la época en Estados Unidos, la religiosidad que consideraba que la utilización de anticonceptivos iba en contra de los designios divinos. Pincus, al margen de la ética y la moral, se enfrentaba con que estaba prohibido ensayar con seres humanos y, lo que aún era peor, que el apoyo a los anticonceptivos era delito. Pero, como hoy en día, nada impidió a este investigador realizar, en 1955, sus ensayos en Puerto Rico y más adelanten en Haití y en México, hasta que en 1961 empezó la comercialización de las famosas pastillas anticonceptivas en algunos Drugstore de Los Ángeles.
Pincus fue verbalmente castigado por la Iglesia con el infierno, pero las mujeres dejaron de tener hijos no deseados y consiguieron una libertad sexual que las llevó hasta París en mayo de 1968.
La única forma de proteger un secreto es desconociéndolo.
La construcción y desarrollo de un laboratorio secreto es, valga la redundancia, muy difícil mantener en secreto. Ni aunque se construya en la Antártida por voluntarios del ejército de Estados Unidos. Siempre habrá alguien que, tarde o temprano, explicará algo. El ser humano difícilmente mantiene un secreto, le gusta hablar y, sobre todo, demostrar a los demás que está en poder de información, digamos, privilegiada. Destacaba un jefe del Mossad: “Si no conoces un secreto importante, parece que no eres nadie en esta vida”.
Los faraones que mandaron construir las Pirámides de Egipto u otros mausoleos donde eran enterrados con objetos valiosos, elegían grupos reducidos de arquitectos y esclavos para realizar los túneles o galerías secretas que desembocaban en sus verdaderas cámaras mortuorias. Estos trabajadores, una vez terminada la obra, eran ejecutados por sus guardianes que, posiblemente, también eran ejecutados por otros vigilantes ajenos a las obras. Era la única forma de guardar el secreto. Así asistimos al hecho de la existencia de una cámara real de la pirámide de Jufu vacía por la circunstancia que no era la verdadera morada fúnebre del difunto faraón. Hace tan solo unos años, los egiptólogos descubrieron una galería secreta que lleva a otra cámara en la que tal vez esté el cuerpo momificado de Keops dentro de un sarcófago de oro. Pensemos cuantos obreros y arquitectos fueron sacrificados para construir este lugar que se ha mantenido hasta hoy en secreto y protegido de los saqueadores de tumbas.
De cualquier forma, este procedimiento satánico de guardar un secreto se perpetró hasta la Segunda Guerra Mundial, en la que el nazismos construía con prisioneros lugares subterráneos donde los científicos del Tercer Reich realizaban experimentos secretos, muchos de los cuales aún no han sido claramente explicados. Estos prisioneras eran exterminados una vez concluían la obra, muy pocos pudieron escaparse y ser testimonio de este procedimiento. Lamentablemente muchos de estos relatos solo sirvieron para guiar a las fuerzas vencedoras hasta los lugares secretos, y solicitar a los testimonios que guardaran el secreto de la ubicación. Los enclaves y sus accesos se convirtieron en zonas no accesibles.
Hoy no se asesina a los obreros constructores, pero se les hace firmar contratos draconianos que garantizan su silencio. Contratos que les aseguran el cobro de una pensión en su vejez siempre y cuando permanezcan callados; incluso este acuerdo se extiende hasta después de su muerte, asegurándoles una indemnización a sus descendientes para evitar testamentos en los que puedan existir indiscreciones.
No sabemos exactamente como asegura el régimen de Corea del Norte sus miles de secretas construcciones subterráneas, pero en ocasiones, pensando la desconfianza de su líder incluso con su familia, uno sospecha lo peor.
Todas las instalaciones militares están en bunkers bajo tierra, algunos conocidos laboratorios de investigación también lo están por necesidades científicas, como es el caso de los detectores de neutrinos. El LHC, el mayor instrumento científico que hemos construido para investigar lo infinitamente pequeño, también está bajo tierra aunque no era necesario. Digo exactamente que no era necesario, ya que podía haberse construido una edificación circular en la superficie, pero resultaba más caro expropiar los terrenos y las casas que perforar un túnel.
Hay laboratorios cuya ubicación es conocida, pero sus medidas de seguridad son terriblemente restrictivas. Es el caso de los laboratorios de “Bioazar” que investigan con virus y hay un riesgo biológico del nivel 4, el más alto. Son lugares cerrados herméticamente, donde el aire puede entrar, pero no puede salir. Algunos son almacenes de peligrosos residuos sanitarios, donde se acaudalan muestras de microorganismos vivos, o toxinas de fuentes biológicas que pueden convertirse en patógenos.
Construir un laboratorio secreto, visible o bajo tierra, implica llevar allí a una serie de científicos, seres humanos, que también tienen sus vidas y a los que no se les puede tener encerrados constantemente. El problema de los laboratorios secretos está en el personal, ya que el secreto genera tensión, y a veces para descargar y relajar esa tensión, es necesario explicarlo a alguien. Otras veces es la prepotencia de los individuos la que lleva a revelar detalles sobre su gran trabajo; en otras ocasiones las envidias y marginaciones laborales.
Un laboratorio secreto precisa controles de seguridad, video-vigilancia y otras características. Todo ello se encarga a agencias especializadas de seguridad y a un personal, presumiblemente muy discreto. ¿Pero quién vigila a los que vigilan? En definitiva, el secreto, pese a las precauciones, nunca es perfecto. La mejor manera de proteger un secreto es no saberlo.
Para desarrollar las primeras bombas atómicas, Proyecto Manhattan, se construyó el laboratorio más grande del mundo en el desierto de Nuevo México, junto a un destartalado pueblo, Alamogordo que se enriqueció con sus bares y la presencia de extranjeros, militares y civiles, que hablaban de cosas raras. Fue un proyecto que costó 27.000 millones de dólares. Por hacer alguna comparación el LHC ha costado 5.370 millones de dólares Hoy Alamogordo vive del turismo que viene a visitar el lugar en que un 16 de julio el 1945 se hizo detonar, a 97 kilómetros de distancia, la primera bomba atómica.
El inmortal que regreso del frío
Rusia no está al margen de esta carrera para alcanzar la inmortalidad, y sus buscadores lo hacen abiertamente. En la actualidad existen muchos millonarios rusos que invierten en investigación en Rusia y en países Occidentales. Algunos han conseguido su fortuna con el petróleo, otros acaparando los medios informativos (periódicos, radios, televisión), los hay que ocuparon puestos de gran poder en los servicios de inteligencia rusa y quienes han hecho fortuna con el tráfico de armas.
Curiosamente muchos de ellos tienen negocios en Occidente, en Europa y en los Estados Unidos. Tenemos el caso de Yuri Milner, uno de los mecenas del proyecto Starshot que lanzará naves para llegar a la estrella Alfa Centuri. Milner, que es físico cuántico, tiene una fortuna de 3.000 millones de dólares, y ha invertido 100 millones en la búsqueda de vida inteligente en el espacio. Otro de los millonarios rusos es Dmitry Itskov, uno de los impulsores de Initative 2045, y voluntario para transferir su cerebro a un avatar. Citaré también a Dmitry Kaminsky propietario de Deep Krowledge Life Sciences, dedicado a negocios de biotecnología. Y finalmente a Serguei Sdpov que está construyendo una nave para ir a Marte en su empresa MTKS de Rusia y se ha convertido en el Elon Musk de los soviéticos.
En lo que se refiere a la preservación en estado de hibernación prolongada, es decir, la criogenización que ofrece Alcor a través de Movement for indefinite Life Extensión, en EE.UU., Rusia también dispone de una empresa dedicada a la criogenización. Se trata de KrioRus, fundada en 2005, fecha desde la que ya ha criogenizado a 51 rusos y 20 mascotas. KrioRus ofrece dos alternativas, congelar el cuerpo entero por 36.000 dólares o solo la cabeza por 12.000 dólares.
En el campo de la investigación Rusia trabaja en terapias génicas y regeneración. El experimento más destacado fue llevado a cabo por el doctor Anatoli Brouchkov, del Departamento de Geocryobiología de la Universidad de Moscú, y trascendió a todo el mundo en octubre de 2015. En 2009 se encontró en el permafrost de Siberia una bacteria, Bacillus F, que tenía 3,5 millones de años de antigüedad. Brouchkov estaba y está convencido que se trataba de una bacteria inmortal y la inculcaron a ratones en los que apreciaron un aumento de longevidad en sus vidas. Con la intención de alcanzar la inmortalidad, Brouchkov se inyectó esta bacteria en el 2015 y, desde su administración, dice encontrarse con más fuerza para trabajar, con más energía y dinamismo, y lo más importante, parece que ha desarrollado una especie de inmunidad que lo protege de los constipados y las gripes que siempre le afectaban.
Hoy los laboratorios pueden encontrarse en los lugares más inverosímiles: submarinos, barcos en alta mar, base militares, universidades, aviones experimentales tipo X-37, en discretos edificios de ciudades, incluso en la ISS (International Station Space). Los laboratorios de los que hablaremos están localizados, lo preocupante no es su emplazamiento, sino los experimentos que están realizando. Ensayos poco seguros y de innecesario presupuesto como el realizado por Anatoli Brouchkov.
Sinceramente he tenido problemas para acceder a las investigaciones que están realizando, en algunos casos he tenido que investigar en los presupuestos de los Estados para saber, aproximadamente, en que invertían sus recursos, que clase de investigaciones se estaban realizando. Muchos de esos laboratorios me han negado información alegando que no estaba en la “bigotslist” que permite acceder a informaciones “sensibles”. Posiblemente tienen otra “bigotslist” en la que si estoy, pero es la que advierte que no se me debe dejar acceder a “material sensible”.
Overbooking en la ISS
Desmontando el Congreso de Ufología de Barcelona
Desmontando el Congreso de Ufología de Barcelona.
En 2012 publique el libro “La ciencia de lo imposible” en el que realizaba un ejercicio de prospectiva sobre los descubrimientos que la ciencia conseguirá en el futuro. Muchos de esos evento futuros eran predicciones de Michio Kaku a largo plazo, tan largo plazo que no creo que los veamos ni yo, ni los lectores que me siguen.
Una cosa son las predicciones futurista que haga Kaku, otra cosa es que asista a un congreso en el que sus ponentes son exponentes de la parafernalia que rodea el especulativo mundo de los OVNI. ¿Quién ha embaucado a Michio Kaku para que asistiera como cartel de encabezado del Ufology Wordl Congress de Barcelona con una serie de ponentes que parecen haber salido ese fin de semana de “alguien voló sobre el nido del cuco? ¿Sabía Michio Kaku que iba a lidiar con semejante cartel de delirantes personajes?
El Ufology Wordl Congress ha sido un regreso al pasado, a las caducas versiones de “contactos”, “abducciones”, “falsos montajes fotográficos”, “Ovnis de dormitorio”, etc. Una serie de historias que ni siquiera llegan al interés cinematográfico de “Expediente X”. Un psiquiatra habría encontrado en este congreso suficiente información para realizar un doctorado con un acceso al cum lauden.
Hubo ponentes, como Antonio Portugal, que aseguraban haber entrado en contacto con extraterrestres que le habían solicitado que explicase en este congreso sus experiencias. ¿De verdad algo tan pueril se puede exponer en un congreso para justificar la presencia en el acto? ¿No sería más lógico que los supuestos extraterrestres contactasen con un reputado miembro de la ONU o cualquier organismo internacional en vez del ponente de un congreso de dudosa seriedad?
Una de las ponencias más incrédulas la impartió Jaime Maussan cuando aseguro que los extraterrestres le habían entregado un brazalete teletransportador. Me pregunto qué hacía en el congreso con semejante ingenio en vez de estar recorriendo los planetas de nuestra galaxia. Jaime Maussan es el moderno buhonero de oeste que ahora, en vez de vender crece-pelos, ofrece brazaletes teletransportadores.
También se podía encontrar en este evento los fabricantes de las conspiraciones, confabulaciones, conjuras y contubernios. Roberto Pinotti es un experto en esta clase de ideas, en las que implica a los Gobiernos que nos ocultan la verdad en lo que él llama “El Gran Juego”, una especie de “Expediente X” ya cansino y repetido.
Alfred Webre mostró su gran capacidad de imaginación y fantasía al asegurar que en Marte existe una civilización que vive en el subsuelo del planeta, ya que en la superficie existen terribles “dinosaurios”. Nuestros rover, posados en Marte, han tenido suerte de no toparse con estos peligrosos depredadores que se hubieran comido, desde la antena hasta las ruedas encadenadas. Dentro de su delirante imaginación, Webre, asegura que desde los años 60 los Estados Unidos tienen una base secreta en Marte. ¿Sabe el Sr. Webre que el proyecto Apolo costó 165.000 millones de dólares, más 185.000 millones más de las cuatro lanzaderas? ¿Sabe que crear una base en Marte, con su mantenimiento, podría costar hoy unos 700.000 millones de dólares? ¿Puede decirme como escaquearía esta cantidad en el Congreso de EE.UU. para que nadie se enterase que es para una base en Marte?
No podía faltar en el Congreso el testigo, en este caso Carmen Domenech. Sorprendida por una luz del espacio que la iluminó y que sanó a su hermano de un cáncer que le afligía. La historia de Carmen se convierte en un puente entre las curaciones instantáneas y los poderes de los extraterrestres. Debió ser un relato que humedeció los ojos de los más sensibles espectadores.
Y con el tema del creacionismo apareció Josep Guijarro, insistiendo una vez más que los extraterrestres intervinieron en nuestro proceso evolutivo realizando una especie de CRISPR para desarrollar nuestra mente de mico y darnos la inteligencia actual. Si fuera cierto, y dado nuestro comportamiento, hicieron una chapuza. Olvida Guijarro que en la evolución de nuestra especie hubieron muchas mutaciones de genes en diferentes momentos de nuestra historia, y que no todos los seres humanos tenemos los mismo genes, por ejemplo, los árabes tienen un gen que les permite beber leche de camella, cosa que los occidentales no podemos ya que no indispone.
Lo lamentable de este tipo de Congresos es la presencia de muchos espectadores ingenuos que terminan “tragándose” estos embelecos, camelos y embaucos. Espectadores que los relataran a otros amigos reforzándolos con el argumento de que en el Congreso estaba Michio Kaku.
Es una lástima, porque la temática da para realizar un Congreso serio y riguroso con la presencia de un gran número de expertos, profesionales, científicos, astrónomos, biogenéticos, psicólogos y exobiólogos; así como instituciones que estudian el tema como: Geipan, Seti, Observatorios astronómicos, Aster, y algunas Think Tank. Contrariamente se ha realizado un encuentro más bien de las paraciencias del siglo pasado en la que sólo faltaban las tarotistas en la entrada con cartas traídas del planeta Luxor-5 en la lejana galaxia de Prometea Azul.
Vivimos en un caos que es puro azar.
VIVIMOS EN UN CAOS QUE ES PURO AZAR
Nuestro mundo es un caos y los acontecimientos emergen cada vez de forma más caótica, inesperada y sorprendente. Aceptamos esta realidad porque no vislumbramos una salida, una solución.
Los lectores que me siguen dirán que empiezo la racha pesimista de siempre, sobre todo cuando insisto que soy optimista, y que un pesimista es un optimista con más información. Los pesimista son aquellos que ante una botella en la que se ha consumida la mitad dicen que está medio vacía, mientras que para el optimista está medio llena. Yo, medio vacía o medio llena, veo como su interior se ha convertido en algo inestable y peligroso como la nitroglicerina.
No creo que los miembros del G7 reunidos en Biarritz solucionen uno de los problemas más evidentes que acosa al planeta como el cambio climático. El comercio mundial es el protagonista, aunque el planeta esté ardiendo en diferentes lugares de su superficie. Las sanciones a determinados países tienen preferencia a temas como la exterminación de los bancos de pesca. Y cuándo le preguntamos a Trump sobre el cambio climático nos contesta: “¿Qué cambio?”
Cada día se evidencia más claramente que se está produciendo un cambio climático. El cambio climático se ha convertido en algo real, sus causas pueden ser discutibles, pero los hechos están ahí fuera. Trompas marinas en lugares donde nunca han estado, huracanes con vientos que superan todas las estadísticas de datos que teníamos, record en temperaturas al alza, incendios forestales cada vez más grandes. Hasta en trompa marina en el el puerto de Barcelona.
¿Qué hacen los políticos? El mandatario estadounidense quiere comprar Groenlandia para derretir el hielo y construir grandes rascacielos. En Europa para combatir el cambio climático decidimos cambiar los horarios laborales como solución.
En cualquier caso el cambio climático es un hecho incuestionable e imparable cuyas consecuencias serán más inmigración, nuevas enfermedades, nuevos insectos con virus exterminadores, guerras y enfrentamientos entre naciones, incendios forestales, inundaciones y fríos insoportables.
Todos recordamos el invierno pasado afectados por el llamado “vórtice polar”, pues bien, los meteorólogos ya hablan de un nuevo “vórtice polar” que nos traerá este próximo invierno todo tipo de calamidades.
La realidad del caos es debida a que cada día sabemos menos y menos de más y más cosas, y eso complica nuestros conocimientos. No tenemos clara la teoría de Big Bang, no sabemos porque el universo se expande; en astrofísica lo único que tenemos claro y que percibimos, es que solo vemos un 5% de la realidad que nos rodea… suponiendo que se sea la realidad.
En física cuántica la cosa no está mejor, el modelo estándar de las partículas cuánticas está incompleto, y tampoco sabemos si los quarks tienen en su núcleo partículas más pequeñas.
El origen de nuestra especie presenta cada vez un árbol genealógico más complejo, y lo único que podemos asegurar es que hemos llegado hasta dónde estamos por casualidad y azar recorriendo un tortuoso camino. Desconocemos millones de especies que han existido, solo somos conscientes de una pocas que nos han llegado a través del registro fósil.
Cada vez que rebuscamos en los hechos de la historia de nuestra especia y nuestra civilización, descubrimos que estamos abriendo un libro en el que el 99% de las páginas están en blanco. Los pocos documentos de la historia antigua o moderna, no están en la enciclopedias, están en los archivos secretos de la agencias de inteligencia, del Vaticano y de centros de datos inaccesibles.
Nuestras creencias religiosas no dejan de ser mitos y leyendas que solo podemos probar por la transmisión oral y algún que otro texto de variadas interpretaciones. Lecturas para aquellos que están dispuestos a aceptar “lo que hay” para no calentarse la cabeza mucho pensando.
Reconozcamos que el sistema social ha fallado, que no funciona, que los ricos son cada día más ricos y los pobres más pobres, que el 75% del dinero mundial está en manos de unos pocos. Hablábamos un amigo y yo, que antes, en el pasado, éramos esclavos que trabajábamos y, a cambio, nos compensaban con refugios o cobijos (cuevas o casa de caña y barro) y nos daban una comida al día. Hoy nos dan moneda impresa para que nos compremos o alquilemos un refugio y compremos la comida. Seguimos siendo esclavos, pero tontos, porque gastamos parte del dinero que nos dan comprando lo que nosotros fabricamos.
Desengañémonos, la carrera de la industria espacial, no es para conocer el Cosmos, es para que los millonarios puedan salir de este planeta en caso de una gran catástrofe.
Estamos desinformados y nos ocultan la verdad. Nos ocultan nuevos medicamentos que solucionarían muchos de los males que padecemos. Nos ocultan que estamos rodeados de peligrosos asteroides que podrían extinguir nuestra civilización; nada se explica de esas estrellas cercanas que amenazan con convertirse en novas y enviarnos una radiación letal; ni del extraño comportamiento de nuestro Sol; ni se no nos advierten que diez de los mega volcanes que conocemos pueden estallar en cualquier momento destruyendo todo el planeta; nos insinúan que hay que cambiar de dietas alimenticias, en vez de explicarnos de una forma radical que ciertos alimentos producen cáncer; tampoco nos advierten que los caladeros de pesca mundiales se están agotando; que el espacio que rodea la Tierra se ha convertido en un basurero espacial con el resto se satélites y fragmentos de naves.
Y aún están dos grandes shock por venir. Calico (gran laboratorio de Google, MIT y varios multimillonarios) asegura que en el 2045 habrá descubierto la inmortalidad. ¿Para quién será? He aquí un descubrimiento que puede causar grandes enfrentamientos sociales. El segundo tema explosivo se producirá el día que contactemos con extraterrestres inteligentes, el día que otros seres nos desmitifiquen nuestras creencias, mitos y nuestros valores sociales.
Seamos lo suficiente honrados para admitir que vivimos en un caos azaroso, que no somos más que amebas evolucionadas que se amontonan estrechamente en un planeta pequeño, uno de los billones de planetas de nuestra galaxia que no es más que una de los trillones de galaxias que existen. Vivimos en un caos que no hemos creado, un caos que es la normalidad en este incomprensible universo que nos rodea.