El próximo 19 de octubre el erudito bíblico Joseph Atwill acudirá a la Conferencia “Covert Messiah” en Londres para presentar una teoría en la que afirma que el personaje del Nuevo Testamento, Jesucristo, fue inventado por los romanos.
Atwill, tras sus estudios históricos de la época, cree que el cristianismo fue una propaganda de su tiempo destinada a pacificar a los súbditos romanos; incluso afirma que el Nuevo Testamento fue escrito por aristócratas romanos. En resumen, que toda la historia de Jesucristo fue inventada.
Atwill descubrió esta falsificación cuando estudiaba el único relato de Judea del siglo I, que contiene muchos paralelismos entre la vida de un emperador romano y la de Jesús.
Atwill destaca que “hay que saber la verdad sobre nuestro pasado para que podamos comprender cómo y porqué los gobiernos crean falsas historias y dioses falsos”.
Atwill destaca que las sectas judías en Palestina, en aquella época, estaban esperando a un Mesías, el guerrero profetizado, y se convertían en una fuente constante de insurrección violenta, para detener su propagación se creó un sistema de creencias que compitiera. Así que se inventó la pacífica historia del Mesías que en lugar de inspirar a la guerra, el nuevo Mesías propagaba pacifismo y alentaba a los judíos a «dar al César lo que es del César», es decir, pagar sus impuestos a Roma.
La realidad es que los cuatro Evangelios canónicos del Nuevo Testamento no tienen una autoría asegurada, ya que están supuestamente escritos por Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Y ninguno de ellos fue escrito por testigos directos de los acontecimientos que narran, lo que produce contradicciones entre ellos. El Evangelio de san Marcos se escribió entre los años 60 y 70 d.C.; el Evangelio de san Mateo entre los años 70 y 80 d.C.; el Evangelio de san Lucas alrededor del año 85 d.C.; y el de Juan alrededor del año 100 d.C. Pura tradición o leyenda oral.
Por otra parte los Evangelios no formaron parte del Nuevo Testamento hasta el año 367 d. C., fecha en la que el obispo de Alejandría, Anastasio, decide que textos incluir en el Nuevo Testamento y que textos suprimir, así que todos los textos rechazados por Anastasio pasaron a formar parte de lo que hoy llamamos Evangelios Gnósticos. Por otra parte tampoco se poseen manuscritos originales de ninguno de estos cuatro Evangelios elegidos por Anastasio.
Conclusión, no se sabe quiénes fueron sus autores que por otra parte nunca llegaron a vivir los hechos que narran ni a conocer a su personaje principal. Sin embargo, los Evangelios Gnósticos si fueron escritos por testigos presenciales, como santo Tomás, pero se narra una historia muy diferente de un Jesús que no admite ser hijo de Dios, que no viene a salvarnos y sólo quiere transmitir un conocimiento que, posiblemente, no adquirió en la carpintería de su padre, sino entre los esenios de Qumrán.